Alfonso Arroyal el último Alcalde democrático de Arcos de la Frontera en la II República


PARTE 1

Como decía en mi anterior articulo, vamos a hacer varias publicaciones de lo que paso en Arcos de la Frontera durante y después de la guerra civil, este articulo que es la primera parte, va dedicado a un hombre que dedico vida y alma a nuestro pueblo Alfonso Arroyal, elegido Alcalde Democráticamente en la segunda República el 16 de febrero 1936 por el Partido Republicano Radical. Donde lo asesinaron por pensar diferente a la edad de 33 años, casado y con una hija. 
En esta primera parte que escribo, os relato los acontecimientos que pasaron días antes de saltar la guerra civil, en la segunda parte os relataré como fue los últimos momentos de la muerte de este gran Alcalde.

El día 19 de julio d e 1936, Alfonso Arroyal Cañas, 
alcalde de Arcos de la Frontera, convoca una sesión extraordinaria que comenzaría a las veinticuatro horas del día señalado y a la que acudiría toda la Comisión
Gestora. En ella un único punto: Se ha recibido un Oficio del Comandante del Puesto de Carabineros que dice lo siguiente:

“Jefe de Comandancia de Carabineros a Comandante en Puesto de Arcos de la Frontera. Declaro el Estado de guerra y de orden del Comandante
en Plaza y Provincial hágase cargo del siguiente cometido el Comandante
Militar de esa localidad de acuerdo con las instrucciones o Bando de no
existir en esa población otra clase más caracterizada que la Guardia Civil
manteniendo el orden ínterin sea nombrado nuevo alcalde”. 

Firma el comunicado el Sargento Venancio Domínguez.

Tras leer el comunicado, Alfonso Arroyal, que no pierde ni un ápice
de entereza, toma la palabra y expone que se necesita otra orden escrita
en la que se le obligue a la entrega del Ayuntamiento, ya que él quiere
actuar en “relación directa y perfecta con el poder constitutivo y que legalmente le dio el pueblo después de las elecciones del dieciséis de febrero.
Ante esta situación he convocado a la Corporación y estoy dispuesto
a continuar al frente de la Corporación y únicamente ceder si se produjera un hecho de guerra, ya que antes que todo debe evitarse un día de
luto y sangre al pueblo que ha sido modelo desde el dieciséis de febrero,
pero quiero dejar sentado que en ningún caso se ha ni siquiera pensado
en dejación ni abandono de las funciones de autoridad que los legítimos
superiores concedieron”.

Tras esta intervención, toda la corporación se muestra de acuerdo
con su alcalde, y le muestran su apoyo ante esa decisión tan difícil. Así se
cierra el Acta número 30 a la una y cinco minutos de la mañana del día
20 de julio. Una última acta recoge una intervención de Alfonso como
Alcalde. Es el acta nº 31. En ella, el último alcalde Republicano de Arcos
de la Frontera es destituido de su cargo. Curiosamente, este acta, a pesar
de estar recogida en su correspondiente libro por el Secretario Estanislao
Sánchez, carece de la firma de Alfonso Arroyal.
Pocas horas después Alfonso Arroyal sería encarcelado. Aproximadamente un mes después, Alfonso Arroyal sería asesinado.

Documentación recogida del Archivo histórico Municipal de Arcos de la Frontera.

2 comentarios:

  1. Que poca justicia se ha hecho con la memoria de este señor por parte del pueblo de Arcos.

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  2. La justicia la aplican los vencedores. Al igual que con el Alcalde de Arcos, sucedió con el Alcalde de Alcalá de los Gazules. Y junto a él mataron a José María Franco Rodríguez, cuya historia la podéis encontrar en el siguiente enlace: http://www.todoslosnombres.org/php/verArchivo.php?id=385 .
    ¿ Y que relación tiene dicha historia con la de Arcos ? Da la casualidad, de que la esposa de este señor tenía un edificio en Arcos. El edificio se encuentra en la plaza Boticas. Dicha casa tenía una determinada extensión distribuida entre varios vecinos y curiosamente cuando su hija fue a venderla se encontró que de la extensión que decía el registro de la propiedad la mitad se la habían anexionado los propietarios de las fincas colindantes. Y la justicia no sabe de lo que sucede en las guerras y como ciertos ciudadanos solo pueden confiar en los hombres de buena voluntad ya que tratar de reivindicar sus derechos puede hacerles la vida aún más pesada.

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